Parroquia San Antonio de Padua celebró con una solemne misa sus 125 años de vida y de historia

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Ayer se llevó a cabo la ceremonia que estuvo presidida por el obispo de la Diócesis de Melipilla, Cristian Contreras.

Con una emotiva ceremonia que estuvo presidida por el obispo de la Diócesis de Melipilla, Cristian Contreras, la Parroquia San Antonio de Padua celebró ayer jueves los 125 años desde la colocación de la primera piedra del templo parroquial en la ciudad puerto.

Acompañando de su párroco, padre Vicente Veliz, del padre Bertrand Fosting de la Parroquia Santa Luisa de Marillac de Barrancas, diáconos, religiosas de la zona y autoridades locales, la comunidad religiosa de la iglesia sanantonina conmemoró con una misa de gracia el nuevo aniversario.

Durante la jornada, el obispo de Melipilla recalcó el gran trabajo que impulsó la creación de una nueva parroquia con casi 20 años de preparación y gestión del vice párroco presbítero Octavio Palmiere, desde 1888, además de mencionar la labor de tantos otros sacerdotes como el padre Abel García Huidobro, quien produjo todo un movimiento comunal cuando en 1935 el arzobispo de Santiago, monseñor José María Caro, lo trasladó desde el puerto a la capital.

Otros sacerdotes destacados fueron el padre José Manuel Barros Matte de la antigua escuela parroquial (actual Escuela Industrial San Antonio), el padre Mario González, el padre Enrique Troncoso (segundo obispo de la Diócesis) y el padre Ricardo Reyes Cabezas, el querido “padre Chocolito”.

Además, llamó a los presentes, entre quienes se encontraba la alcaldesa de San Antonio, Constanza Lizana Sierra, concejales, autoridades militares, Carabineros y Armada de Chile, a trabajar para que los jóvenes puedan emprender un rumbo distinto del que les ofrece hoy la droga y todos los males colaterales a ello.

“La parroquia es el lugar del encuentro. De la morada de Dios entre los hombres. Del lugar donde se viene con la alegría del lugar edificado sobre el cimiento de los apóstoles, donde las puertas del infierno no prevalecerán”, dijo el obispo Cristian Contreras.

Terminada la solemne misa, hubo palabras de gratitud, entrega de presentes y un ameno y compartido coctel con todos los presentes.


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