·Las 30 personas que fueron a despedir a voluntario de los bomberos de la comuna tuvieron problemas con funcionarios de la seremi y militares.
Los problemas que le genera el cordón sanitario del Puente de Lo Gallardo a los vecinos de Santo Domingo son varios. Tienen que pedir permiso para ir al médico, comprar en supermercados o sacar la revisión técnica en San Antonio.
Pero que se le pongan trabas a un funeral traspasa cualquier criterio, aunque el país esté en medio de la pandemia del covid-19.
Una incómoda e ingrata situación, que aumentó el dolor de la pérdida de un ser querido, experimentó esta tarde una familia de Santo Domingo.
Sandra Cabrera Marín, hija del reconocido voluntario de los bomberos de la comuna, Enrique Cabrera Mendoza (88), quien falleció de un infarto, relató el episodio que enfrentó la familia en el cordón sanitario del Puente Lo Gallardo.
El cortejo, compuesto por unas 30 personas, salió a las 15.15 horas de este domingo desde la Población Rafael Moreno para llegar Cementerio Parque del Sendero en Llolleo.
“En la funeraria nos explicaron cómo teníamos que pasar el cordón que iba encabezado por la carroza y detrás mi mamita de 88 años. El máximo eran 25 autos y un bus”, precisó.
Todas las personas que participaron en la despedida “llevaban sus permisos por 5 horas” y se suponía que cumpliendo con las normas sanitarias cruzarían el cordón sin problemas, pero no fue así.
“No se imagina la angustia de tener a mi viejo en el cajón, ahí parados todos, mi mamá atrás de la carroza. La persona de la seremi con una prepotencia increíble“, agregó la hija de Enrique Cabrera.
Según la vecina de Santo Domingo el funcionario de la autoridad sanitaria les puso trabas para pasar porque les dijo “que ese era su deber fiscalizar y hacían su trabajo. Más de 20 minutos nos tuvieron parados y no nos dejaban pasar. Toda la gente que iba en los autos se bajó a pedirle que nos dejaran pasar”.
Lo peor fue en el retorno, como contó Sandra Cabrera. “Al regreso nos estaban esperando con las fuerzas especiales (de Carabineros), un camión de militares. Mi vieja de 88 años preguntando qué pasaba, después de haber enterrado a su marido. Fue terrible. Todos parados delante de los militares como unos delincuentes“, continuó.
Para Sandra este incidente es parte del “sufrimiento que está viviendo la gente de Santo Domingo con el cordón sanitario. Somos personas humildes de las poblaciones las más afectadas. No somos la gente del balneario o de La Princesa ni de Las Brisas. Ni al alcalde ni a las autoridades les importa por lo que estamos pasando”, denunció.