Cómo influye el estrés en nuestro cuerpo: nutricionista aquí lo explica

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La especialista sanantonina Jéssica Quiroz entregó algunas recomendaciones para no dañar nuestro organismo cuando pasamos por un periodo de tensión emocional o fisica.

Uno de los efectos negativos que ha traído esta pandemia, sin duda, que ha sido el estrés en las miles de personas que han visto afectada su vida normal. Esta tensión física o emocional también afecta al peso según explicó la nutricionista sanantonina Jessica Quiroz.

“Al investigar sobre cómo funciona el estrés en nuestro cuerpo, desde una mirada nutricional, evidentemente que el estrés juega un papel clave en el aumento de peso. El estrés crónico en pocas palabras, interrumpe nuestro sueño desequilibra los niveles de azúcar en la sangre, llevándonos a sentir un aumento del hambre y a que comer se transforme en un escape emocional”, parte diciendo la especialista.

Respecto a la conducta alimentaria de las personas, Quiroz explica que “ante un estrés crónico, nuestro organismo cuenta con dos sistemas reguladores, uno que se encuentra en el hipotálamo y otro de tipo hedónico, representado por el sistema de recompensa cerebral.  Por tanto, la actividad o desequilibrio de estos sistemas reguladores antes mencionados, dará lugar a diferentes mecanismos que promueven la ingesta de alimento de elevada densidad energética (alto en calorías, grasas, azucares) en la persona, siendo también capaz de favorecer el desarrollo de una conducta compulsiva en la búsqueda de alimento, (atacar el refrigerador en la noche, comer 3 o 4 churrascos en una ocasión, comer media torta de una vez, etc.)”.

“Muchas personas dicen que están comiendo más por ansiedad. Lo cierto es que esta ingesta de alimentos, que en su mayoría son poco saludables, provoca que un efecto contrario, que lleva a activar de sobremanera la hormona llamada Cortisol, que se activa en nuestro organismo en situaciones de emergencia. Lo que lleva a hacer sentir, dolor de cabeza constante, falta de apetito en algunos casos, en otros, aumento del apetito emocional, estreñimiento, calambres musculares, pérdida de memoria, hasta la interrupción de la menstruación en algunos casos, el sentimiento de culpa posterior, cansancio constante, palpitaciones, sueño, cambios en el estado de ánimo, estimulación y secreción aumentada de insulina por variar los niveles de azúcar en sangre, concluyendo en la acumulación de grasa, especialmente abdominal”, detalla.

La nutricionista también aclaró que ocurre el caso contrario. “A veces cuando las personas pasan por un periodo de mucho dolor o tristeza, que también es estrés, tienden a dejar de comer y también su peso se ve afectado, lo que significa que dañamos nuestro organismo”.

-¿Cómo evitamos caer en esta ansiedad de comer y comer?

-Siempre es fundamental que cuando uno cae en un periodo de estrés o ansiedad visite a un especialista de la sicología. Desde el punto de vista de la nutrición para evitar comer de manera ansioso, en recomendable que las personas consuman productos ricos Magnesio. Estos los encontramos en el arroz integral, los garbanzos, los porotos, algunos frutos secos como las avellanas, los pistachos y las nueces. Sus ventajas se multiplicarán si los consumes después de haber practicado algún tipo de ejercicio aeróbico: running, bicicleta, natación, patinaje…Y no olvides una fruta que evitara el estrés de que tu azúcar en sangre caiga de forma brusca y se genere el estrés o catabolismo.

Además del Magnesio, Quiroz invitó a preferir comidas ricos en Omega 3. “Este ácido graso lo encontramos en el pescado azul especialmente las sardinas, las anchoas y el salmón, productos vegetales como el aceite de soja, canola, las semillas de chía, linaza y las nueces”, menciona.

Practicar cualquier deporte es ideal para bajar los niveles de estrés.

“También es recomendable consumir alimentos ricos triptófano que es un aminoácido esencial que estimula la producción de Serotonina, conocida como la hormona del bienestar. Y la encontramos en los huevos, la leche, el chocolate negro (alto en cacao) la levadura de cerveza, los frutos secos, la carne de pavo y pollo, el pescado azul (sardinas, jurel, anchoas, salmón) las legumbres, las semillas, frutas y vegetales como la piña, los plátanos, paltas, las espinacas y el brócoli”, destaca.

“Para no generar daños a nuestro organismo provocados por el estrés se sugiere consumir yogur. Muchas personas que pasan por un periodo de estrés sufren de estreñimiento o diarrea, el yogur -lo menos industrial posible, como por ejemplo, el casero o de pajarito (kéfir)- regenera la flora intestinal y favorece la producción de serotonina, la hormona que produce el cerebro y que está íntimamente relacionada la regulación de nuestro estado de ánimo”. Además este producto lácteo “mejorara los problemas digestivos. También es un regulador del sueño, por lo que favorece un sueño apacible al mismo tiempo que controla nuestro estrés y nuestra temperatura corporal. Las frutas cítricas también ayuda a que el cuerpo no se enferme en un periodo de estrés. En esta temporada encontramos kiwi, manzana verde, las naranjas o el limón”, recalca.

El deporte es una de las disciplinas que ayudan a bajar los niveles de estrés por lo que siempre es recomendable practicar cualquiera de sus opciones, por supuesto, siempre acompañado de un profesional de la nutrición que te ayude a no dañar tu organismo por exceso de ejercicios o por una deshidratación, la nutricionista recalca la importancia de un adecuado consumo de agua, “esta también nos sirve para calmar la ansiedad, muchas veces se puede llegar a confundir hambre con sed”.

Y por ultimo, recomienda además, en casos de estrés y ansiedad mayor, las infusiones “a base de melisa o pasiflora, mas que el te verde o mate que son activadores y lo que necesitamos es calmar”.


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