Entregan recomendaciones para apoyar a las personas que no ven salida a su dolor

Compartir

En el Día Mundial de la Prevención del Suicidio buscan revertir las consecuencias negativas que ha provocado la pandemia en la salud mental de la población.

El estrés que trajo consigo el miedo al contagio, la pérdida o enfermedad de un amigo o familiar y las medidas de aislamiento, constituyen factores gatillantes de la sintomatología depresiva y de la ideación suicida para algunas personas, la cual es percibida como una vía de escape, una mitigación del dolor psíquico.

Vicente Santibáñez Morales, psicólogo del Hospital Claudio Vicuña, ratificó que la pandemia aún es un caldo de cultivo para la exacerbación de los problemas de salud mental, por lo cual “la vinculación familiar, conservar los rituales, cuidar de la salud mental de cada integrante y acercarse a dispositivos de salud comunitarios cuando se considere necesario, son determinantes a la hora de prevenir una conducta suicida. La salud mental es un eje importante para cada persona, que debe ser revisado, cuidado y de ser necesario, tratado”.

Para el profesional especialista en logoterapia (modelo de psicoterapia que propone que la voluntad de sentido es la motivación primaria del ser humano) y tanatología (disciplina científica que se encarga del acompañamiento terapéutico en la muerte), es de vital importancia desmitificar las problemáticas del área.

Vicente Santibáñez Morales, psicólogo del Hospital Claudio Vicuña

“Estar felices 24/7 es imposible, ya que vivimos en sociedad y al ser seres emocionales pasamos por distintos estadios que pueden promover la tristeza en una manera legítima. La tristeza es mala o dañina sólo cuando se aloja en la persona y ésta no puede alcanzar otro estado emocional o pedir apoyo. La facilitación de mecanismos sanitarios de promoción de condiciones de vitalidad para la población en general, es decir la intervención oportuna, es la principal herramienta de prevención del suicidio”.

Segmentos etarios

El profesional que trabaja en el Plan Ambulatorio Intensivo Infanto – Adolescente (Paiia) del hospital, que entrega atención a menores de 20 años con problemas de abuso o dependencia de alcohol y drogas, aseguró que en este segmento etario, el acoso escolar es un factor de riesgo y agregó que en el actual contexto, se debe considerar también el acoso virtual.

“Estudios internacionales indican que entre los 15 y los 16 años la percepción de riesgo es baja. Los padres deben estar alerta ante signos como retraimiento o aislamiento social. La comunicación con la familia es fundamental. Si existe poco soporte ambiental o violencia intrafamiliar se suman otros factores de riesgo. También se debe mencionar la rigidez mental, la poca tolerancia a la frustración, baja autoestima, el fracaso académico y el hecho de que el niño o adolescente tenga escasas ocupaciones vitales”.

Vicente Santibáñez agregó que en la población adulta existen otras aristas que pueden detonar la decisión de una persona de atentar contra su vida: la cesantía, enfrentar un contexto de violencia intrafamiliar y padecer alguna patología de salud mental y no contar con atención oportuna, se encuentran entre las más significativas.

“En todas las edades el consumo de alcohol y sustancias ilícitas pueden promover una conducta suicida. La marihuana podría detonar distintas patologías de salud mental como: episodios depresivos, cuadros ansiosos e incluso psicóticos”, declaró el psicólogo.

Al respecto, el profesional del hospital agregó que la última investigación del Servicio Médico Legal indica que tras beber alcohol los hombres tienden a suicidarse en mayor número que las mujeres. Los primeros utilizan armas de fuego y ahorcamiento y las segundas usan el envenenamiento y también el ahorcamiento, que es altamente letal.

Finalmente, el profesional afirmó que, en la tercera edad, la sensación de soledad y de desconexión con el núcleo familiar son factores desencadenantes.

Esta iniciativa, impulsada por la Asociación Internacional de Prevención del Suicidio, que además es respaldada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), busca visibilizar las problemáticas de salud mental que podrían derivar en un suicidio.


Compartir