Trabajar en el hospital de San Antonio en tiempos de pandemia (parte 3)

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En la última entrega se esta serie, Juan Gálvez, de Servicios Generales, habla de la difícil misión que desempeña en el centro asistencial y que hoy lo tiene contagiado por covid-19.

Este relato se construyó en dos días. Hace más de una semana, cuando Juan Gálvez (56 años), supervisor externo de los Servicios Generales del Hospital Claudio Vicuña habló con AquiSanAntonio.cl cuando estaba en su casa a la espera del resultado del examen PCR, que se había realizado el lunes 15 de junio. Uno de sus compañeros de labores se contagió y las sospechas eran altas.

La segunda conversación fue anoche con el resultado en su poder y las noticias no eran buenas: el test dio positivo.

Pero no estaba tan preocupado por su salud, sino que por el estado de su señora, quien también trabaja en el recinto asistencial sanantonio, y también se contagio con el virus.

“Estoy positivo sin síntomas, mi señora fue trasladada al IST de Viña llegó muy delicada, paso a la UCI , pero ya salió y está recuperándose con mucha fuerza y valor, a pesar de la distancia“, contó este trabajador que hace 21 años labora en el Claudio Vicuña.

Juan y su mujer forman parte de un extenso listado de trabajadores de la salud contagiados por el virus mientras luchaban por salvar la vida de muchas personas que llegaban a los centros asistenciales buscando un tratamiento.

Juan Gálvez, supervisor de Servicios Generales.

El seremi Jaime Jamett, contó en su informe del miércoles 24 de junio que 824 trabajadores de la salud contrajeron la enfermedad en la Región de Valparaíso desde que comenzó la pandemia. Actualmente 142 están en cuarentena, en este grupo está el supervisor del hospital local.

También su mujer, quien lucha contra el virus y se desempeña como secretaria del Servicio de Atención Médica de Emergencia, Samu. Tienen dos hijos: uno que es kinesiólogo y otro que estudia logística. “Parece que en los genes viene lo de la salud, todos estamos relacionados con este rubro”, decía hace una semana, impaciente esperando el infausto resultado de su test.

Al menos tenía algo de ánimo para bromear. Los días siguientes fueron los más oscuros que vivió desde el inicio de la pandemia.

Y eso capítulos desafortunados en esta historia, que sobrepasa los tres meses no fueron pocos.

En el inicio de la pandemia, en los primeros días del mes de abril el Hospital Claudio Vicuña fue afectado por un brote de covid-19. Una delegación de la Seremi de Salud recorrió las instalaciones hospitalarias y detectó una serie de falencias en el manejo de la enfermedad. Una era que el recinto no contaba con un procedimiento de sanitización por parte de la empresa externa de los servicios higiénicos de la sala de atención de pacientes.

Además carecían de protocolos para eliminar material quirúrgico que podría estar contaminado con el virus y en los espacios comunes, como en el casino donde no se respetaban normas como el distanciamiento social.

El hospital era caldo de cultivo para este implacable virus.

“Es un trabajo que nadie quería hacer, pero uno lo tiene que asumir, porque siempre está el riesgo del contagio. Existe siempre el miedo de infectarse, por eso uno debe ser más riguroso con las medidas de precaución”, contó sobre el sentimiento que invadía a su compañeros de trabajo y también a él cuando tuvo que preocuparse de la labor de la sanitización de los espacios más peligrosos.

Antes de la pandemia el trabajo era rutinario y obviamente menos peligroso. Todo estaba más controlado “Antes existían protocolos cuando había un brote de algo, pero ahora todo se ha reforzado, porque el virus puede estar en cualquier lado, no solo en los pabellones o en las salas, en cualquier parte del hospital”, relató.

“Es un trabajo que nadie quería hacer, pero uno lo tiene que asumir, porque siempre está el riesgo del contagio”.

Responsabilidad

En las manos del equipo de Servicios Generales está la seguridad del resto de los funcionarios del hospital. Un descuido o un error en los procedimientos puede costar un contagio y hasta una vida.

“Tenemos una enorme responsabilidad en nuestras manos, porque el resto de los funcionarios del hospital depende de nuestro trabajo, por eso tenemos que ser minuciosos en nuestro trabajo y en los procedimientos que aplicamos”, admitió Juan Gálvez.

Con el correr de los días y ante el aumento de casos en el hospital, luego de que se aplicara una masiva toma de muestras, se reforzaron varios servicios para controlar la propagación del virus entre los trabajadores y los pacientes.

Uno de los servicios que cambió sus procedimientos fue el de Juan. “Antes hacíamos el trabajo entre dos personas ahora se reforzaron los equipos y contamos con la ayuda de Puerto San Antonio, que ha sido muy valiosa cuando se sanitiza el hospital”, destacó el aporte el funcionario.

“A pesar de la contingencia ponemos el mayor esfuerzo, combinando el invaluable apoyo del personal de Puerto San Antonio con sus actividades nocturnas. Estamos enfrentando este desafío en que solo se puede vencer, no hay más opciones”, declaró Juan Gálvez, cuando partían las sanitizaciones, que además contaron con el apoyo de la diputada Camila Rojas y de la Fundación Siglo XXI.

La portuaria ya ha realizado 15 operativos de sanitización en diversos espacios del hospital, como la Urgencia, la sala de espera y hasta las ambulancias son rociadas con amonio cuaternario, un desinfectante de alto poder.

Juan en sus labores de sanitización.

El riesgo que asumió Juan Gálvez al final tuvo efecto. Hoy está contagiado con el virus y también su mujer, en estado más complejo.

Sin embargo, Juan Gálvez no se da por vencido. “Sabemos que pronto venceremos a este enemigo tan complicado y peligroso …en lo personal estoy ansioso por regresar”, asegura el coordinador de los Servicios Generales.

Y está tan convencido de eso, que a pesar del duro momento que vive quiere dar su testimonio como una lección para el resto de los sanantoninos. “Espero que las personas comprendan y no pierdan el enfoque, esto te afecta en el momento menos pensado pero no por ello podemos dejar de luchar”, aseveró con esperanza el trabajador del hospital sanantonino.


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