Violencia contra las mujeres aumentó durante la pandemia en San Antonio

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En los últimos cuatro meses se reportaron 128 casos a través de distintos canales como la vía legal o llamados a fonos de ayuda.

La pandemia del covid-19 tiene consecuencias sanitarias, económicas y también sociales. Una de ellas es invisible, porque ocurre al interior de los hogares que ahora están confinados al encierro para evitar los contagios con el virus.

Distintos organismos, desde la ONU Mujeres, pasando por ministerios y coordinadoras detectaron un aumento de casos.

Según datos del Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género los llamados al fono ayuda 1455 aumentaron en un 70 por ciento en los últimos meses. Las denuncias formales bajaron, pero se estima que la razón es el mismo confinamiento.

Hace unos días la nueva ministra de la Mujer y la Equidad de Género, Mónica Zalaquett, informó que 7.943 personas se comunicaron al Whatsapp que tiene la cartera para recibir denuncias y solicitar ayuda. Otro síntoma de la compleja situación que viven la mujeres al interior de sus hogares.

La Provincia de San Antonio no está ajena a esta “pandemia dentro de la pandemia”, como la llaman algunos expertos.

AquiSanAntonio.cl tuvo acceso a datos que reflejan el alza de casos. En los últimos 4 meses se reportan 128 denuncias a través de distintos canales, como la Central de Comunicaciones de Carabineros (28), de manera espontánea (11), Familia en Línea (2), fiscalía (18), tribunales (4) y principalmente el 1455 (64).

Mayo y junio, precisamente en la etapa más cruda de la pandemia en la provincia, fueron los meses con más derivaciones en este teléfono de ayuda (42).

El problema tiene distintas miradas y la forma de afrontarlo también es diferente.

ERRADICAR LA VIOLENCIA MACHISTA

La seremi del Ministerio de la Mujer y Equidadad de Género, Valentina Stagno, mira más allá de los números que dejan los reportes provinciales.

“Tras una cifra “128” sensibilicémonos y comprendamos que hay 128 mujeres sobrevivientes de hechos que atentan contra derechos fundamentales: libertad, integridad física y síquica entre otros. Un episodio de violencia y una denuncia indigna y preocupa”, asegura.

Pero cree que la solución pasa por un cambio de conducta, de un paradigma. “El desafío y compromiso ético y personal de la comunidad debe ser erradicar todas las expresiones de violencia machista instaladas culturalmente y perpetuadas en Chile; y por otra, desde el Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género trabajamos con el mismo objetivo: tolerancia 0 a la violencia contra la mujer”, planteó.

La violencia de género es una conducta asociada a la cultura que antecede a cualquier crisis sanitaria mundial”.

Valentina Stagno, seremi de la Mujer

Los números no mienten y el aumento de casos es un indicio de un realidad que preocupa a las autoridades y a la comunidad. “Se  han observado aumentos desde abril a la fecha en los llamados al fono de orientación 1455, uso de la herramienta WhassapMujer y Mascarilla 19, así como también de las denuncias”.

-¿Cuál es la razón de este aumento?

-Durante el confinamiento se agudizan e incrementan episodios de violencia ya instalados posiblemente en la relación, pues el control del agresor a la mujer hoy aumenta al estar en cuarentena y las posibilidades de las mujeres para acudir a la red hoy es distinta. Es importante dejar en claro que la violencia de género es una conducta asociada a la cultura que antecede a cualquier crisis sanitaria mundial, lo que ocurre es que se acrecienta en encierro forzado con el agresor.

Valentina Stagno aclaró que el teléfono 1455 “es una herramienta de orientación y no de denuncia; en este sentido, los resultados son positivos pues las mujeres y/o testigos de violencia que se comunican a este medio, efectivamente ha recibido la orientación que requieren, por ejemplo: saber qué es la violencia y cómo se manifiesta; los tipos de violencia que existen. Y por cierto que, si se trata de un hecho de urgencia se activa inmediatamente la red Institucional (149 familia en línea) para interrumpir el hecho. También se hacen derivaciones a dispositivos de Sernameg (centros de la mujer y casas de acogida) en la eventualidad de que la mujer requiera atención sicosocial y jurídica.

La violencia de género tiene muchas caras y muchas formas de ejercerla. “Las mujeres históricamente nos vemos afectadas por la violencia simbólica – estructural, por una parte, y por otra los principales tipos de violencia por los que se consulta son: violencia sicológica, económica, sexual y física. Siendo las primeras de ellas posiblemente, las más difíciles de identificar precisamente por la histórica reproducción de roles y estereotipos de género”, concluyó la seremi de la Mujer.

Valentina Stagno.

REDES EN TERRENO

Carolina Concha pertenece a la Coordinadora de Mujeres 8 de Marzo de San Antonio, una organización que funciona desde la década de 1980, en años que el feminismo y cualquier causa era acallada por la dictadura.

Y aunque la vocera admite que no maneja cifras de un aumento de casos de violencia de género en la provincia, el trabajo en terreno le permitió detectar alzas y no solo en mujeres jóvenes, sino que de todas las edades.

“Tenemos casos de mujeres jóvenes con hijos, de la tercera edad y sobre todo más allá de la violencia física o sicológica, la precarización que ha significado este proceso para las mujeres es una forma de violencia”, explica en alusión a las nuevas condiciones de la vida cotidiana como el teletrabajo o la cesantía.

Para detectar la violencia despliegan a voluntarios en el territorio. “Tenemos activistas en distintos espacios del litoral, nos contactan mujeres que conocen nuestro trabajo o se comunican con nosotras”, detalló sobre el trabajo.

Una vez que detectan un caso lo evalúan y luego trabajan con dos asistentes sociales. Después se derivan a una sicólogo y otras asistentes sociales, ambas voluntarias, que hacen una evaluación más técnica.

Paralelamente Carolina y otra compañera de la coordinadora, Viviana Vargas, van a terreno a “dar contención” a las mujeres agredidas.

En estos tiempos complejos también llevan ayuda a las mujeres. Entregaron más de 50 cajas de mercadería y siguen en esta tarea. “También llevamos pañales, porque ninguna caja los trae. Hicimos una campaña la semana pasada con algunas organizaciones como la Mesa de Unidad Social y el Comando por el Apruebo, así hacemos estas iniciativas”.

Las tomas son el “lugar donde estamos diagnosticando más precariedad en las mujeres, sobre todo en las extranjeras, haitianas. Hemos visto casos terribles de mujeres solteras, con hijos y sin trabajo, que perdieron su capacidad de generar recursos y hoy viven en una toma”.

Carolina explica que cuando se habla de precarización de las mujeres el concepto no solo incluye la violencia. “Es una forma de violencia, es una falta a los Derechos Humanos de las mujeres, si una persona no tiene derecho a la alimentación, a la vivienda le vulneran sus derechos. En las tomas el 70 u 80 por ciento de las personas que ahí viven son mujeres”.

La vocera analiza la “nueva realidad” que afecta a las mujeres y sostiene que “al teletrabajo se suma el cuidado de los niños, la carga doméstica, la carga académica. Eso aumentará los niveles de estrés, depresión, muchas patologías”.

Contó que hace unos días participó en un conversatorio que se llamaba “En Chile la crisis tiene cara de Mujer” y cree que este es el mejor reflejo de lo que pasa hoy en el país. “El 70 u 80 por ciento de los funcionarios de la salud son mujeres”, cuantificó.

Respecto a los casos de violencia el trabajo de la coordinadora se concentra en dos abogados que se focalizan en dos sectores de la provincia. “Nuestro protocolo es que siempre se hagan las denuncias aunque el sistema no funciona. En abril acompañé a una chica que estaba afectada y en Carabineros no había ningún protocolo, no tienen una unidad para violencia intrafamiliar, no tienen un lugar privado para poner la denuncia, absolutamente nada”, relató.

Carolina incluso denunció que el funcionario policial “cuestionó a la mujer y el relato. Siempre hay un cuestionamiento desde la víctima, no desde el agresor”.

Por eso Carolina Concha cree que la organización de las mujeres es el pilar para hacer frente a un “sistema arcaico” que ampara la violencia. A través de colectivos, organizaciones feministas y otras instancias se puede articular la defensa de las mujeres.


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