El pasado 27 de junio se decretó el cierre de todos los espacios públicos de la comuna y eso afectó a los comerciantes.
Fue una medida drástica para frenar la propagación del covid-19. La Municipalidad de Cartagena decretó desde el 27 de junio la suspensión de funcionamiento de las ferias libres debido al aumento de números de contagios por covid-19 en la comuna.
Los comerciantes habituales y con patente acataron la medida, pero los “coleros” llegaron igual ese día y se instalaron. Los sacaron con la fuerza pública para ejecutar la medida
Diecisiete días duró la restricción de uso de los espacios públicos de la comuna, porque el pasado 15 de julio se reabrió la feria libre.
Pero la medida no se levantó así nomás. Había que aplicar estrictos protocolos sanitarios para asegurar la salud de los feriantes y también de “caseritas y caseritos”.
Por eso se tomaron exámenes de PCR a todos los comerciantes.
Cartagena pasó de ser una de las comunas con menos contagios en el inicio de la pandemia a tener 135 infectados “peleando” por el segundo lugar en este lamentable registro con El Quisco que tiene 136.
Ese aumento despertó la alerta, razón por la cual, la autoridad local tras un acuerdo con los dirigentes de la feria libre, decidió suspender el uso de bienes nacionales de uso público, que implicó el cierre de este punto de abastecimiento en Cartagena.
Los cartageninos, según la autoridad comunal, fueron porfiados: no usaban mascarillas en la calle, no respetaban el distanciamiento social y más encima llegaron muchos turistas a la comuna o vecinos de San Antonio que arrancaron de la cuarentena, que partió el 9 de junio.
Tras conversaciones entre las autoridades comunales y los dirigentes del gremio de los feriantes se acordó el retorno, pero bajo estrictos protocolos de seguridad e higiene para prevenir el contagio por covid-19.
Las medidas serán el uso obligatorio de mascarillas para todas las personas, la instalación de los puestos separados entre sí y el distanciamiento social.
Aparte todas las personas que ingresan a la feria serán controladas y si quiere ir a comprar tendrá que ir solito, porque se prohíben los grupos.
TOMA DE EXAMEN PCR
El alcalde Rodrigo García contó que “para sumar en la prevención, con el apoyo del personal de salud, hemos dispuesto la toma del examen PCR a numerosos comerciantes que llegaron a trabajar acá en calle Bulnes, porque sabemos que ellos están expuestos junto a sus trabajadores”, detalló sobre las medidas que se adoptaron.
El edil admitió que “el cierre de la feria en junio fue una decisión muy difícil, pero acordada con los sindicatos y si en esta nueva fase la respuesta del público no es la más óptima, nos veremos en la obligación de cerrar nuevamente la feria”.
El dirigente de los feriantes de Verde Mar, Manuel Inostroza, analizó la nueva realidad que enfrentará el rubro. “Es importante trabajar, pero necesitamos que las personas vengan de a uno a comprar, no necesitamos tanta gente en la feria que venga a pasear y me parece estupendo la toma de examen, ya que hay muchos comerciantes que son crónicos”.
Patricio Opazo, presidente del sindicato Feria Libre San Sebastián, está clarito con las condiciones que tienen que cumplir para volver a la pega. “Ahora retomamos, pero con la condición de hacerse el examen para poder proteger a la misma clientela, como a los asociados”.
El dirigente contó que la medida se evaluará constantemente. “Tenemos que ver día a día, cómo se va comportando la comuna. Entre los 2 sindicatos más el alcalde, se tomó el acuerdo de que en caso de que esto se complique, nosotros podamos parar los días que sean necesarios”.
Fuente Comunicaciones Municipalidad de Cartagena