Mario Celedón, hijo ilustre de San Antonio: “Yo soy un obrero de la cultura”

Compartir

El mítico “payaso Pelucón” fue entrevistado por AquiSanAntonio.cl y nos contó sus impresiones tras su nombramiento.

Mario Celedón (71) se califica a si mismo como un “obrero de la cultura”, cuyo trabajo ha quedado marcado en las páginas de la historia patrimonial de San Antonio debido a la creatividad, la perseverancia y al amor que ha tenido por su trabajo.

Y no por nada sus consejos se hacen ahora más latentes, ya que durante esta semana fue nombrado hijo ilustre del 2023 por el Concejo Municipal justamente por destacada gestión en la cultura de la ciudad puerto.

“Yo recibo este nombramiento con mucho respeto y humildad”, comenta Celedón a AquiSanAntonio.cl. “Pero también esto me genera sentimientos encontrado, en donde no puedo dejar de lado a mucha gente que influyó en mi trabajo y que fueron mi inspiración, y lo siguen siendo hasta el día de hoy. Mis padres, mis abuelos, mis hermanos, mis amigos, mi querido barrio en cerro Alegre, ya que todo trabajo tiene su inspiración en mi infancia, en los juegos, en la entretención y en las aventuras que viví de niño”.

El hijo ilustre prosigue su relato, manifestando que “yo soy de profesión titiritero. Nací el 1 de febrero de 1950 en la calle Hermanos Carrera, en el sector de cerro Alegre. Fui el mayor de siete hermanos y, claro, cómo en esa época las cosas eran distintas, prácticamente ayudaba a mi mamá en muchos quehaceres para atender a mis hermanos. Claro, como eran varios uno tenía que inventar algún juego para que se entretuviera. Fue así que nosotros mismos inventábamos algo con que jugar, y todo eso después lo traspasé a mi trabajo cuando animaba fiestas de cumpleaños y algunos eventos. Digamos que ese fue el génesis de lo que sería después mi trabajo”.

Y añade que “por supuesto, no puedo dejar pasar este recuerdo sin mencionar que yo fui un niño que vio en primera persona cómo se vivía en los burdeles de aquella época. Yo era amigo de varios hijos de las trabajadoras sexuales que habían ahí, y si que hay varias historias. Todo ese mundo, la música, el ambiente pintoresco y la bohemia también me marcaron y claro se volvió parte del folclor del puerto”.

Mario Celedón a llevado alegría a varias generaciones con su “payaso Pelucón”.

-¿Su infancia en sí inspiró su trabajo?

-Fue un factor la verdad, ya que ese sector de cerro Alegre guarda tremendas historias que hasta el día de hoy son escritas por su comunidad, sus familias, sus mujeres, sus hombres, sus hijos. Como dije, toda mi infancia la viví ahí. Fui al Instituto del Puerto cuando ese colegio se localizaba en la avenida 21 de Mayo y era dirigido por los Hermanos del Sargado Corazón, una orden canadiense. Sin duda fueron los mejores años de mi vida.

“Yo creo que nací con una estrella que alumbró todo mi camino, porque ahora que lo pienso, siento que el hacer obras sociales no solo hace feliz a otros sino también a mi. Ya sea organizar un evento o algún acto para que la gente lo pase bien. Siempre digo que hay viejos que tenemos espíritu joven y hay jóvenes que tienen espíritu viejo. Por ejemplo, una anécdota, yo tengo tres hijos, cuando mi hija mayor cumplió su segundo año, no teníamos a nadie que animara la fiesta. Claro en esos tiempos los niños del barrio se reunían porque querían pasarla bien. Entonces vine, agarré el labial de mi señora, tome una bombachas, pinturas, un chaleco un peluquín y yo mismo comencé hacer de payaso”, relata Celedón.

-¿Así fueron los inicios del “payaso Pelucón”?

-Si pues. Fue una fiesta de cumpleaños de mi hija. Depuse de eso, alguien corrió la voz de que yo trabajaba de payaso en las fiestas, y empezaron a llamarme de distintos lados para que hiciera algún show en alguna fiesta o evento. Como recordaba los juegos de infancia, los use en cada uno de los eventos que asistía, tanto público como privados. Así partió todo esto y después ni siquiera me di cuenta de que había ya recorrido toda la provincia de San Antonio.

“Mi trabajo yo lo veo más como devolver todo el cariño y el amor que la gente me a entregado en los eventos que he participado. Es más, me ha pasado muchas veces que gente se topa conmigo en las calles y me saluda y me dice que yo había siempre animado sus fiestas de niño, y resulta que ese niño ahora es mayor y tiene sus propios hijos. Esas cosas al final llenan el espíritu y el alma. Al final mi trabajo hace bulla por el cariño de las personas. Yo digo que uno no tiene que hacer ruido, es el trabajo el que tiene que hacer bulla”, confiesa Celedón.

-¿Y cómo se siente al saber que ahora es hijo ilustre de San Antonio?

-Es todo un honor para mí, y creo que refleja también como la gente aprecia y valora lo que haces por ellos. Dicho de otro modo, no hay obstáculos en la vida que uno no pueda vencer. Hay que ser perseverante y amar lo que uno hace. Y son varias cosas que se han hecho con la comunidad. Por ejemplo, junto con varias personas formamos un Instituto Cultural que después paso a ser el Departamento de Cultura y Turismo de la Municipalidad. Con otros formamos la agrupación Amigos de la Biblioteca Pública Vicente Huidobro la cual sigue hasta nuestros días. Al final todas estas obras lo que uno destaca es que son más para la comunidad que para uno mismo, y eso me hace feliz, porque yo soy un obrero de la cultura.


Compartir