·A las 21.30 horas de este viernes murió el cura reconocido por su labor social y lucha durante la dictadura.
A través de sus redes sociales la Parroquia Santa Luisa de Marillac comunicó el fallecimiento del sacerdote Ricardo Reyes, más conocido entre los fieles de la Iglesia Católica de la zona como el “Padre Chocolito”.
El cura fue párroco de San Sebastián, San Antonio y Cartagena. Hoy desempeñaba ese cargo en Santo Domingo.
La parroquia de Barrancas informó que “esta noche (viernes) a las 21.30 horas falleció el cura párroco de Santo Domingo, Ricardo Reyes, quien además fuera cura párroco en San Sebastián, El Tabo, Las Cruces, Lo Abarca, San Antonio y Cartagena”
Desde el templo sanantonino agregaron que “se oficiará una misa en la Parroquia del Perpetuo Socorro de Los Ángeles para posteriormente realizar sus funerales”.
En la ciudad de la Región del Biobío estaba al cuidado de su familia, por lo problemas de salud que lo aquejaban hace un tiempo.
En el posteo también expresaron su sentir en este doloroso momento para los católicos de la provincia. “Descansa en los brazos del Señor. Gracias por toda su labor pastoral en la comuna de San Antonio”.
LABOR SOCIAL
Ricardo Reyes fue sacerdote por 57 años y durante su trayectoria se destacó por su trabajo con los más desposeídos y durante la dictadura militar por su férrea oposición a la represión, ganándose el apelativo de “cura comunista”, por sectores proclives a la derecha.
El “Padre Chocolito” era profesor de Historia y Geografía y falleció a la edad de 85 años. Era oriundo de Concepción.
El apelativo que lo acompañó toda su vida lo adquirió cuando era estudiante. “Yo estudié en el Liceo San Agustín. Fue ahí donde me bautizaron como “Chocolito“. En esos años en que cursaba el cuarto o quinto de humanidades salió la famosa propaganda de los helados. Fueron mis compañeros quienes me comenzaron a llamar así”, recordó en una entrevista.
PESAR POR SU PARTIDA
La noticia de la muerte de Ricardo Reyes caló hondo en la comunidad católica que conoció al “Cura Chocolito”.
“Como comunidad en Cartagena se siente la partida del padre. Él me bautizó junto con mi hermana. Además nos dio la primera comunión y confirmación a casi todos los que somos de la generación de los ’80, porque hasta llegando el año 2000 fue párroco de Cartagena en la Parroquia Virgen Medianera. Era una persona cercana y preocupada y en general todos le tenían mucho afecto”, expresó con tristeza Pamela Jorquera.