Viuda de trabajador de Ariztía asesinado: “Estos cobardes se sintieron con el derecho de quitarle la vida”

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Para Ana Zúñiga, la perdida de su esposo es un evento que nunca olvidará y dejará pasar, más cuando ayer fueron formalizados tres sujetos imputados como autores del crimen.

Indignación, rabia, impotencia y tristeza son los sentimientos que guarda Ana Zúñiga, viuda de Esteban Abarca, el trabajador de la empresa Ariztía que fue asesinado a sangre fría cuando se encontraba repartiendo mercadería en un local comercial el 6 de julio en el sector alto de Llolleo.

Para ella, la perdida de su esposo es un evento que nunca olvidará y dejará pasar, más aún cuando ayer el Juzgado de Garantía de San Antonio dictó prisión preventiva para tres hombres sindicados como los autores del asalto y homicidio de su marido.

“A mi me envuelve una sed de justicia”, comenta la señora a nuestro medio y añade que “estoy en una pelea con estos tres delincuentes, ya que no quiero que la muerte de mi esposo quede impune. No saben estos tipos el gran daño que le hicieron a nuestra familia, a mí, a mis dos hijas, a nuestros nietos. Mi esposo salió ese día a laborar como siempre lo hacía. Se fue con su termo, su bolso y se despidió de nosotros, y estos cobardes se sintieron con el derecho de quitarle la vida, regresándomelo en un ataúd”.

Las palabras de Ana Zúñiga reflejan una entendible cólera y tristeza. Sobre cuando ayer tuvo que ver de forma directa a los sujetos imputados como autores del crimen, durante la audiencia de formalización llevada a cabo en el tribunal sanantonino.

“Me siento enrabiada. Desilusionada de la justicia. Estos tipos andaban sueltos y ahora que los capturan, le dan de todo. Le otorgan abogados y defensoría a los niños, y uno tiene que hacer peripecias para conseguir y pagar un abogado. Parece un privilegio la justicia en este país. En mi caso, fue la empresa Ariztía quien me facilitó un abogado. Además, más rabia me da que a una imputada le hayan dado arresto domiciliario con un prontuario por drogas y que debe ser vigilada por Carabineros. ¿De qué estamos hablando? Más encima cuando sale del tribunal nos insulta”, manifestó Ana Zúñiga tras recordar lo vivido ayer en tribunales.

-¿Cómo recibió la noticia de la captura de estos tres sujetos?

-Cuando me informaron que los habían atrapado, tuve un alivio por dentro, sobre todo porque pensé que finalmente iba haber justicia para mi esposo. Si bien estoy en parte conforme de que los hayan dejado en prisión preventiva en lo que dure la investigación, yo lo que quiero es que estos sujetos sean condenados y paguen con cárcel por el gran daño que nos hicieron.

“Yo voy a pelear eso hasta las últimas consecuencias, porque el daño que le hicieron a nuestra familia no tiene perdón. Mis hijas están con un sicólogo porque aún sienten tristeza cuando recuerdan a su padre y se preguntan por qué le hicieron esto. Mis nietos aún preguntan donde está su abuelo”, comenta Ana Zúñiga.

-El dolor en su familia todavía sigue latente…

-Todavía. Yo no pude llorar ni velar a mi marido. Ese día cuando le dispararon recuerdo perfectamente que lo llevamos con suma urgencia al hospital Carlos van Buren de Valparaíso. Le pedí a los médicos que me lo pudieran salvar. Les imploré que me lo salvaran, pero me decían que no se podía hacer nada. No me pude despedir de él. Nada. ¿Por qué estos sujetos se sintieron con el derecho de quitarle la vida? Su ausencia se siente todos los días. El 28 de julio habríamos cumplido 25 años. Yo ya no tengo fuerzas, solo tengo sed de justicia, eso es lo que no me ha hecho flaquear.

¿Y ha recibido apoyo por parte de autoridades?

-En eso también estoy algo enrabiada. Por ejemplo, en el caso de la alcaldesa de San Antonio. No tengo nada en su contra, pero siento que le quedó grande el cargo, ya que el asesinato de mi marido ocurrió en una gestión donde no tenían suficiente seguridad pública, donde Carabineros ya no daba más abasto y donde prácticamente decían que estaban coordinando acciones para tener cámaras de seguridad. ¿Cómo es posible que con esto que pasó estuvieran aún coordinando acciones para la seguridad?

“La vez pasada fui a la municipalidad a solicitar apoyo de la alcaldía. Sin embargo, no fui atendida. Una vez solicité que pudiéramos colocar fotos de mi esposo en las afueras del municipio para exigir justicia para mi marido, pero no obtuvimos ninguna respuesta. Yo después de eso no insistí más. Ayer recibí una llamada de ella donde nos consultó que cómo estábamos. Cómo íbamos a estar. La verdad es que ha sido poco el apoyo con el que hemos contado”, comenta Ana.

Y añade que “la vez pasada, en una visita que hizo el Presidente de la República a Chocalán, le manifesté que estaba buscando justicia para mi esposo que había sido asesinado, y consulté si podía tener una reunión con él. Me contestó que si y que iba coordinar, pero después cuando consulto con secretaría, me dicen que para concretar eso tenía que hacerlo con un diputado. La verdad no sé como funciona este país.

-Pero usted dijo que iba a llegar hasta las últimas concecuencias para obtener justicia...

-Y así lo sostengo. Yo voy a pelear con todo, ya que no quiero que la muerte de mi esposo quede impune. Estos malnacidos nos hicieron un gran daño, porque se sintieron con el derecho de quitarle la vida a mi esposo. Es decir, estos tipos le disparan en el rostro y uno de ellos sale corriendo diciendo ‘me lo pitié’, como si mi marido hubiera sido cualquier cosa. Él era un trabajador y un hombre de familia. No era cualquier cosa. Dejaron estas lacras a sus hijas sin su padre y a sus nietos sin su abuelo. Ellos tenían un arma en su mano y mi esposo solo las manos para trabajar


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